Por qué Guinea Ecuatorial sí y Burundi no

 Por qué Guinea Ecuatorial sí y Burundi no

En una de las subregiones del mundo, conocida como África Central, se encuentran dos países que si bien pertenecen a un conglomerado común de naciones no pueden tener una economía más dispar.

Si tomamos como referencia la función de producción Y=A f (T, K, L), observamos que Guinea Ecuatorial sobresale con respecto a los demás países de África Central en PIB per cápita. Esto, según nos indica la falta de datos en gasto de I+D, el pequeño porcentaje del PIB que ocupa la educación y el poco gasto en sanidad efectuado en el país, nos muestra que la economía de Guinea Ecuatorial probablemente sea extractiva. Estas sospechas quedarán corroboradas por la  sobresaliente inversión extranjera que tuvo lugar en los años noventa en este país y por la gran cantidad de exportaciones que este lleva a cabo, las cuales se han visto reducidas considerablemente debido a un suceso conocido como la “enfermedad holandesa”: fenómeno económico que se refiere a los efectos nocivos del aumento repentino en los ingresos de un país. Entre estos efectos se encuentra la apreciación de la moneda que genera un incremento en el precio de las exportaciones no relacionadas con la principal actividad generadora de ingresos.

Ahora bien, ¿de dónde proceden estos extraordinarios ingresos? ¿Qué da tanto valor a las exportaciones de Guinea Ecuatorial?

Pues esto se debe a su abundante riqueza en hidrocarburos, lo que hace que su economía dependa principalmente de la producción de petróleo. La exportación de sus recursos petrolíferos, si bien comenzó en 1992, alcanzó un nivel relevante cinco años más tarde, alcanzando su máximo en 2012. Los ingresos obtenidos por la explotación de recursos en Guinea Ecuatorial se han visto reflejados en el espectacular desarrollo del país, a nivel de infraestructuras, servicios y bienestar de la población. Ubicando a Guinea Ecuatorial en la cúspide económica de los países de África Central.

En la otra cara de la moneda se encuentra Burundi, el país con el menor PIB per cápita de África Central, con un Índice de Desarrollo Humano muy bajo, en el que el valor añadido de la agricultura ocupa un gran porcentaje del PIB. Esta dependencia general en la agricultura y bajo índice de desarrollo humano nos muestra una economía muy empobrecida carente de la inversión extranjera necesaria para el desarrollo de su economía pero ausente debido a la gran inestabilidad bajo la que se encuentra este país.

¿Por qué Burundi ha llegado a esta situación?

El desastroso panorama que afronta el país se debe principalmente a la sangrienta guerra civil que tuvo lugar en su territorio entre 1993 y 2005, de la que el país sigue sin recuperarse y que le ha dejado carente de infraestructuras sanitarias y médicas apropiadas. Por no hablar de centros de educación adecuados.

Burundi tiene que afrontar un desarrollo tecnológico necesario y una reconversión vital de su economía dejando atrás su dependencia de la agricultura pero esto solo es posible con inversión extranjera, una inversión que parece aún muy lejana ya que el país presenta entre otras las siguientes características de precariedad:

  • Para cada 1.000 personas que viven en Burundi  hay 4,8 ordenadores, 20 teléfonos móviles y 4,1 teléfonos fijos.

  • En el territorio de Burundi hay solo un 7 por ciento de carreteras asfaltadas y no hay ferrocarriles.

  • En Burundi, casi la mitad de la población no tiene acceso a agua potable, por lo que muchos, sobre todo, en zonas rurales, se ven obligados a hidratarse con agua sucia, lo que causa graves consecuencias en la salud. 

  • La alfabetización adulta masculina ronda la mitad de los habitantes, y la femenina cerca de un cuarto. Según los datos recientes, un 70 por ciento de los niños reciben educación, aunque la escolarización es obligatoria hasta los 12 años. Lamentablemente, los niños no tienen mucho tiempo para estudiar: uno de cada cinco menores es obligado a trabajar para ayudar con las necesidades familiares.

  • La Universidad de Burundi es la única del país y fue fundada en 1960. La medicina tampoco tiene un buen nivel: hay solo un médico por cada 37.581 habitantes. En total, Burundi tiene unos 200 médicos.

Con malas infraestructuras que debilitan las comunicaciones, poco desarrollo informático, pésima educación y carencia médica Burundi tiene muy cuesta arriba el camino para salir de esta gran situación de crisis en la que depende enormemente de la agricultura. Mientras tanto, Guinea Ecuatorial sigue apoyándose en la exportación de hidrocarburos para mantener ese primer puesto que hoy ostenta como la economía más poderosa de África Central.

BIBLIOGRAFÍA

Embajada de Guinea Ecuatorial

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